Conoce la historia del xoloitzcuintle, el acompañante de mayas y aztecas
Conoce el origen y la historia del xoloitzcuintle, el perro endémico de México
El xoloitzcuintle es sin duda una de las razas de perros más sorprendentes del mundo, de origen prehispánico presente en las culturas más importantes de México
El xoloitzcuintle es una especie canina oriunda de México de increíble historia.
Su nacimiento se calcula tuvo lugar hace más de 7000 años, y es una de las pocas razas puras del mundo.
Su presencia en México se registra desde las antiguas culturas maya y azteca, en los que se identifica como el acompañante en vida y el guía hacia el mictlán, el valle de la muerte.
Es por eso que esta original raza de perro, que carece de pelo y premolares, cuenta con una increíble presencia a lo largo de su historia, envuelta en misterio y leyendas que hoy te llevaremos a conocer.
Presencia del xoloitzcuintle en la historia de México
El nombre de esta raza de belleza exótica, xoloitzcuintle proviene de dos vocablos aztecas: Xólotl: dios del ocaso y de la muerte, y itzcuintli: perro.
Su original designación tiene mucho que ver, en la forma en que los antiguos pueblos prehispánicos consideraban a este maravilloso canino.
Según los investigadores, esta es una de las razas más antiguas del continente, pues se calcula que surgió como tal hace 3500 años, y cuyo antepasado llegó en las migraciones prehistóricas asiáticas.
Es por ello que al dios Xólotl, lo representaban con la cabeza de este bello ejemplar canino, en cuerpo de hombre.
Este ser mitológico personificaba a Venus, mientras acompañaba al sol en su camino por el inframundo.
En los hallazgos hechos en algunas de las zonas arqueológicas más importantes de México, ubicadas en Colima, Jalisco y Nayarit, se encontraron entierros que datan de los años 300 a.C. y 300 d.C.
En ellos destacaban varias vasijas de cerámica con figuras del xoloitzcuintle, conocidas como "perros de Colima".
En ellas se les representa con su piel sin pelo y arrugada, y sus orejas puntiagudas.
Esto se debe a que los antiguos habitantes de los pueblos prehispánicos lo consideraban como un perro guía para llegar al inframundo.
Su raza casi se extingue, ya que era consumido en las ceremonias más importantes, junto con el guajolote.
Asimismo los españoles también lo incluyeron en la dieta de sus expediciones, y para extinguir las costumbres de los colonizados.
Es por ello que durante años esta especie se guarece en las sierras de Guerrero y Oaxaca, en donde sobrevivió de manera salvaje.
El xoloitzcuintle en la era moderna
Fue en los 50s que el inglés G. Wright organiza la primera expedición en la que encuentran a los primeros ejemplares de xoloitzcuintle, para su recuperación y reproducción.
Años después, con el auge del mexicanismo surgido después de la Revolución, su imagen se integra en los símbolos nacionales plasmados en murales y pinturas.
Este es representado por los artistas más importantes de la época: Diego Rivera, Raúl Anguiano y Rufino Tamayo.
Es indispensable mencionar como punto y aparte lo que este bello ejemplar fue para Frida Kahlo: el mejor acompañante de sus últimos años de vida.
Lo nombró Xolotl y sale acompañándola en varias fotos en La Casa Azul. También forma parte de uno de sus famosos autorretratos que aún puedes admirar en el museo Dolores Olmedo.
También podrás observar varias esculturas prehispánicas dedicadas a esta especie canina en el Museo Anahuacalli de Diego Rivera.
A la fecha es una de las razas más queridas de México, por su original apariencia, y su nobleza, además de que son increíbles guardianes.